- El centro tecnológico AZTI coordina el proyecto AQUAPEF, una iniciativa que busca desarrollar una solución para calcular y verificar el impacto ambiental de la acuicultura.
- La herramienta desarrollada en el marco del proyecto permitirá también identificar las causas y los orígenes del impacto, de manera que se haga más fácil la toma de decisiones basada en criterios ambientales.
La mayoría de las especies de pesca comercial extractiva se encuentra en niveles de explotación alta o en sobreexplotación. Para paliar este fenómeno, la acuicultura supone una alternativa clave que permite satisfacer la demanda sin comprometer la sostenibilidad del medio natural. Sin embargo, el cultivo de especies animales acuáticas también tiene impacto medioambiental y puede contaminar los ecosistemas.
Con el fin de garantizar la sostenibilidad del sector a largo plazo, el centro tecnológico AZTI, miembro de la alianza BRTA, coordina el proyecto europeo LIFE AQUAPEF, una iniciativa que busca desarrollar una tecnología para calcular, verificar y comunicar el impacto ambiental de los productos acuícolas en el Mediterráneo de acuerdo a la metodología europea de Huella Ambiental de Producto.
En concreto el proyecto, que arrancó en 2018 y culminará a finales de este año, ha creado una herramienta que ya ha sido validada en la producción de dorada y lubina llevada a cabo por tres de las empresas de acuicultura socias del proyecto: la española Culmar y las griegas Skironis y Forkys.
Otro de los objetivos del proyecto es habilitar mecanismos de comunicación más eficientes, tanto entre las empresas que forman el sector (B2B), como entre los productores y el consumidor final (B2C), por lo que, en el marco del proyecto, se están analizando diferentes sistemas de difusión, que permitan mejorar el posicionamiento de aquellos productos acuícolas que presenten mejores condiciones de sostenibilidad.
“La UE está desarrollando una metodología orientada a evaluar el impacto ambiental de cualquier producto o servicio: la huella ambiental de producto. AQUAPEF surge ante la necesidad de facilitar al sector la aplicación de este nuevo marco regulatorio a través de una herramienta sencilla que haga posible a los acuicultores calcular y verificar el impacto ambiental de sus productos”, asegura Saioa Ramos, investigadora del área de Procesos eficientes y Sostenibles en AZTI y responsable del proyecto.
La tecnología desarrollada permitirá también identificar las causas y los orígenes del impacto, de manera que se haga más fácil la toma de decisiones basada en criterios ambientales.
Financiado por el programa LIFE de la Comisión Europea, AQUAPEF cuenta con la participación de siete socios internacionales entre los que se encuentran, además de AZTI, el centro tecnológico griego HCMR, la Universidad de Lovaina (Bélgica), la empresa española de desarrollo de software INGENET y los ya citados productores acuícolas Culmar, Forkys y Skironis.
“Nuestra implicación en esta iniciativa está vinculada a nuestra misión como agente involucrado en el desarrollo de la huella ambiental de producto. Es necesario llevar a cabo iniciativas enfocadas a cuantificar, mejorar y comunicar el grado de sostenibilidad de los alimentos y las bebidas que ingerimos para promover una producción más sostenible y un consumo más responsable”, asegura Ramos.